Buenas prácticas y videojuegos… ¿de quién es la responsabilidad?

¿De quién es la responsabilidad de aplicar buenas prácticas en relación a videojuegos y niños? Este debate es cada vez más común y comienza a asemejarse al de “¿quién tiene más peso en la educación, los padres o los profesores?“.

En ambos casos, familia y profesionales están en el punto de mira, y nosotros os damos la respuesta: ambas figuras deben llevar a cabo buenas prácticas para que el uso de videojuegos se convierta en algo útil, entretenido, divertido y didáctico para los más pequeños.

   

Buenas prácticas padres

Ante la proliferación y el auge de los videojuegos, los padres se han encontrado en estos últimos años ante una duda bastante común: ¿Es mejor comprar a mis hijos videojuegos o juegos tradicionales? Si nos paramos a analizar la situación actual, nos damos cuenta de que las pantallas, los teclados y la tecnología en general forman parte de nuestras vidas. Las nuevas generaciones son los llamados nativos digitales, y éstos no conciben existir sin móviles, teles, tablets y, sí, videojuegos.

Ante esta realidad, nosotros lo tenemos claro: Vamos a regalar también videojuegos, pero hagamos que se conviertan en una herramienta útil para nuestros pequeños.

Aquí toman protagonismo las buenas prácticas para padres, que deben tener claros varios factores:

  • Los videojuegos ayudan a nuestros hijos a desarrollar habilidades y destrezas, y hay que potenciar esa fantástica ayuda eligiendo bien el producto.
  • Para hacer una buena elección es necesario conocer el sector y poner interés en novedades, noticias, advertencias y consejos.
  • Los padres siguen siendo padres, y ellos deben decidir cómo se utiliza el videojuego. Para ello existen medidas como el control parental, la selección de franjas horarias o priorizar deberes antes que el juego. Aquí diferenciamos entre juegos normales o serious games, ya que los segundos contarán como un complemento a los deberes y siempre serán positivos para el desarrollo del niño.
  • Los puntos anteriores son importantes, pero compartir esos momentos con ellos será lo que realmente les ayude a convertirlo en un hábito sano. Los compañeros de “The Good Gamer” nos dan algunos ejemplos de videojuegos apropiados para pasar un buen rato en familia aquí.

    

Buenas prácticas desarrolladores

En cuanto a la otra cara de la moneda, la de los desarrolladores, ha surgido un conflicto dado el crecimiento del sector del videojuego y su influencia en la cultura y la sociedad. Desde hace unos años, a estos profesionales se les exige la responsabilidad de aportar con su producto algo más que entretenimiento, menos violencia, más aporte de valores y mucho más. Ante esto, existen voces que se alzan a favor y en contra de estas peticiones, pero no queremos quitarle protagonismo al tema que tenemos entre manos en este post (¡aunque vosotros podéis opinar si queréis!).

Nosotros nos centramos en el campo que mejor conocemos, el de los serious games o educativos, donde obviamente sí existe un objetivo concreto, una serie de estudios previos y una responsabilidad con los usuarios.


¿Cuáles son las buenas prácticas de los desarrolladores de serious games?

Además de las buenas prácticas a nivel técnico, como la optimización de código, la utilización de patrones de diseño o la modularización, hay otros procesos que afectan directamente al éxito del producto de cara al usuario y a la función principal del serious game.

  • No salirse nunca de la función pedagógica del videojuego. Podemos entretener, hacer un producto y diseño atractivo, potenciar la imaginación, pero no olvidar el objetivo de enseñar.
  • No lanzarse a hacer serious games sin darle relevancia a los pilares fundamentales: la tecnología, el conocimiento y la vertiente audiovisual y artística.
  • Hacer pruebas rigurosas y validar cada uno de los ejercicios, tareas, niveles, diseños, procesos de la inteligencia artificial, etc.
  • La más importante de las buenas prácticas para ofrecer un producto realmente útil para el usuario: el control de calidad. No solo el realizado por los desarroladores a nivel técnico, sino también por los especialistas en diferentes materias que colaboren para llevar acabo un serious game que logre resultados: psicólogos, pedagogos, profesores y demás perfiles vinculados al desarrollo de habilidades.

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