Hoy queremos hablaros sobre una herramienta muy importante en nuestro trabajo del día a día. No paramos de repetir la importancia de los avances en la inteligencia artificial a través de noticias o de nuestras propias publicaciones. Pero… ¿qué es exactamente la inteligencia artificial? ¿Qué función tiene en los videojuegos? Y sobre todo… ¿qué aporta a los serious games que desarrollamos?
La definición oficial de la RAE sobre la inteligencia artificial es: “Disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico.”
Al leer una definición como esta, lo primero en lo que pensamos es en robots que hacen tareas de seres humanos y, de hecho, tienen forma humanoide. Un ejemplo son esos robots camareros, otros que ejercen trabajos relacionados con almacenamiento y gestión de archivos o, casi rozando la ciencia ficción, el nuevo robot asistente de astronautas que se ha presentado en la última Global Robot Expo.
¿Y qué decir de la maravilla que supone tener avances como Sophia entre nosotros? Este robot que contesta, gesticula e incluso bromea se ha hecho realmente conocido:
Aplicaciones de esta tecnología en los videojuegos
Pero la inteligencia artificial no solo se queda aquí. Queremos centrarnos en cuáles son las ventajas y posibilidades que nos da a nosotros como desarrolladores de videojuegos serios.
Esta tecnología ha existido siempre, y ha sido muy fácil verla en los personajes que interactúan con el protagonista, los otros a los que no “manejamos”. Si haces una cosa u otra, el otro personaje reacciona de manera acorde, como con una lógica humana.
Nosotros eso lo trasladamos a nuestros videojuegos vinculados al aprendizaje matemático o de lenguaje, destinado a un público infantil y, sobre todo, a niños y niñas con necesidades educativas especiales, síndrome de down o autismo.
¿En qué les beneficia a los usuarios la aplicación de la inteligencia artificial? El videojuego va a ser diferente dependiendo de quién juegue con él porque su función es enseñar adaptándose al ritmo de cada persona.

En el caso matemático, por ejemplo, existen diferentes tipos de operaciones o lógicas matemáticas. Si al usuario le resulta fácil resolver problemas de aritmética, pero suele fallar más en cálculo, el videojuego entiende que debe incidir más en la segunda área en los próximos niveles, y así el aprendizaje será completo y efectivo.
Y lo mejor de todo es que el niño no lo nota, puesto que él solo está jugando con “un juego de coches en el móvil de mamá que es muy divertido y que tiene unos dibujos muy chulos.”
Lo que más nos anima a seguir trabajando en esta línea, además del gran partido que pueden sacar los pequeños que jueguen a nuestro serious games, es que esta tecnología no va a parar de crecer, mejorar e implantarse en nuestros sistemas educativos, por lo que todo será mucho más accesible y estará más normalizado.

Numerosos expertos relacionados con el sector de la educación coinciden en que es cuestión de años que la inteligencia artificial ayude a mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, a que se reduzcan las tareas repetitivas en el aula, se fomente la educación personalizada y se le de más relevancia al aprendizaje colaborativo.
Inteligencia artificial en los serious games es sinónimo de calidad, personalización, inclusión, acessibilidad y mejora en la experiencia del usuario. ¡Debemos seguir aprendiendo sobre ella!