Durante estos últimos días ha habido algo de revuelo en el mundo de los videojuegos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha confirmado su decisión de proclamar la adicción a los videojuegos como una enfermedad mental, y se ha basado principalmente en el mal uso que puede darse a este entretenimiento en cuanto a duración, frecuencia, temática y conducta del usuario fuera y dentro del mundo digital.
Esto nos trae al eterno dilema. El abuso de cualquier actividad siempre va a ser negativo, obviamente. Hacer deporte, estudiar, comer sano… todos estos hábitos potencialmente beneficiosos pueden convertirse en un problema si se abusa de ellos o se convierte en una obsesión. Por lo tanto, ¿qué es lo necesario aquí? Lo tenemos claro: el control.

En el caso de los videojuegos, y sobre todo tratándose de usuarios menores de edad, la clave está en el control parental y en el seguimiento de las especificaciones PEGI. A pesar de que nuestro sector y nuestra pasión sean los videojuegos, somos muy conscientes de que deben ser un refuerzo positivo y nunca un hábito que sustituya a otras actividades y atenciones.
Jugar un rato después de hacer los deberes y tareas de casa, pasar momentos divertidos en familia, aprender habilidades nuevas gracias a un serious game, complementar lo aprendido en clase con un videojuego divertido… Esos deben ser los objetivos de un videojuego y, por supuesto, todo contenido debe estar controlado y basado en las especificaciones PEGI, ¡que para eso están!
Respecto al mensaje alarmante de la OMS, nos unimos a las asociaciones de nuestro sector para aclarar que los videojuegos no solo no provocan enfermedades, sino que pueden ser muy útiles en el aprendizaje de habilidades y conceptos importantes. ¿Cuáles son los beneficios de los videojuegos?
-Frente a todo y ante todo, son entretenimiento. Los videojuegos nacieron para entretener, divertir, sacarnos de la rutina y, por qué no, ayudarnos a olvidar nuestros problemas.

-Nos ayudan a aprender. ¿Cómo íbamos a dejar sin mencionar los serious games? Es evidente que los videojuegos educativos están ganando terreno en el sector.
Lo esencial para ellos, como sabéis, es que el usuario aprenda “sin darse cuenta”, divirtiéndose con la historia que narramos, la estética de escenarios y personajes y los retos que debe superar.
–Potencian la creatividad y activan el cerebro. Aunque muchos se empeñen en decir que jugar a videojuegos es ponerse delante de “la caja tonta” de manera pasiva, jugar a un buen videojuego puede ayudarnos a despertar numerosas áreas del cerebro en poco tiempo. Vivir historias diferentes genera un crecimiento de la creatividad, al igual que leer un libro. La pasividad que se critica tanto desaparece cuando el usuario empatiza con los personajes, toma decisiones, activa sus reflejos y siente emociones ante situaciones diferentes.
–Sirven como tratamiento médico. Respecto a los problemas que mencionábamos antes, queremos hablar de las nuevas medidas que se están tomando en las zonas infantiles de múltiples hospitales, donde niños que, por desgracia, sufren enfermedades reales, se abstraen de su situación pasándolo bien con videojuegos. Igualmente, en residencias de mayores o personas con discapacidad física o intelectual, los videojuegos se han convertido en herramientas indispensables para trabajar la memoria, la rehabilitación física, la gestión emocional, la lógica y muchas más tareas (Todo esto quizás debería valorarlo también la OMS).

-Promueven la igualdad y la inclusión: Si habéis leído en más ocasiones nuestro blog, habréis comprobado que estamos completamente involucrados con la igualdad de oportunidades a través de los videojuegos. ¡Esto es posible! Gracias a ellos, muchos niños con necesidades educativas especiales pueden aprender conceptos básicos muy útiles, mejorar su psicomotricidad fina, la lectoescritura o el tiempo de atención.
También transmiten valores que fomentan la igualdad entre chicos y chicas, aunque sea algo relativamente nuevo, y ayuda a acabar con problemas sociales como el bullying y el acoso.
Los videojuegos no paran de aportarnos cosas positivas, y gracias a los avances en inteligencia artificial, realidad virtual y otras tecnologías, pueden llegar a ser indispensables en la vida de mucha gente. Respecto a su función básica, el entretenimiento, repetimos lo anterior. Si se les da un buen uso, se controlan los tiempos de juego y la frecuencia, pueden traer muchas satisfacciones a niños y adultos.
No tengáis miedo a los videojuegos, no os quedéis con los malos titulares de la OMS u otros medios que no investigan lo suficiente. Profundizad en la idea de que los videojuegos son creados para complementar nuestras vidas con grandes experiencias.